Claxon: un contaminante que puede afectar tus oídos

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Cuando hablamos de contaminación regularmente nos imaginamos un cielo gris o una calle llena de basura, pero hay contaminantes invisibles, así como lo lees, no los vemos, pero están ahí, y el ruido es uno de ellos. Es por eso que se creó el Día Internacional de la Conciencia sobre el Problema del Ruido.

Este día se lleva a cabo el último miércoles de abril, desde hace más de 20 años, para promover el cuidado del ambiente acústico, la conservación de la audición y la conciencia sobre los daños que causa el ruido.

Y hablando de daños, veamos qué tanto nos afecta la contaminación por ruido. Según el Área de Acústica del CENAM (Centro Nacional de Metrología), este contaminante altera el sueño, la presión arterial, la digestión, impacta negativamente el desarrollo del feto, y por supuesto, muchas veces causa tensión y enojo. Para ser más claros en las consecuencias retomemos algunos ejemplos:

  • Si nos exponemos de manera prolongada a ruidos superiores de 80 dB (decibeles), como el de una perforadora eléctrica, podemos perder de manera permanente la audición. 
  • Si nos exponemos a ruidos fuertes en un tiempo corto, podemos dejar de escuchar de manera temporal.
  • Pero si nos exponemos a un ruido superior a los 110 dB, como el de un avión al despegar, aunque sea por un tiempo corto, podemos terminar sordos.

 

Mimi Hearing Technologies GmbH realizó un estudio llamado “The Worldwide Hearing Index”, donde nos muestra los niveles de pérdida de audición de 50 ciudades del mundo, debido a la contaminación acústica. Según este estudio, en promedio, los habitantes de la CDMX escuchan como una persona 16.19 años mayor.

¿Pero sabes cuál es uno de los ruidos más contaminantes? El claxon. Así que si eres fan de tocarlo por cualquier cosa mejor piénsalo dos veces porque podrías estar afectando tu oído de manera permanente sin saberlo. De hecho, el Centro de Experimentación y Seguridad Vial de México (CESVI) afirma que este sonido puede llegar a alcanzar los 110 dB. Increíble, ¿no? Sobre todo cuando la Organización Mundial de la Salud afirma que el volumen recomendado de cualquier sonido está por debajo de los 85 db durante un máximo de 8 horas al día.

Es tan preocupante este problema que podrías ser sancionado si te pasas con el claxon. En el Reglamento de Tránsito de la CDMX, Artículo 7 Fracción III, afirma lo siguiente: 

“Utilizar la bocina (claxon) para un fin diferente al de evitar un hecho de tránsito, especialmente en condiciones de congestión vehicular, así como provocar ruido excesivo con el motor”, será sancionado con una multa de $1,433 a $2,150 pesos, además de 1 punto de penalización en la licencia para conducir.

Por cierto, si le instalas un claxon demasiado ruidoso a tu vehículo pueden llevarte al corralón, así que mejor olvídate del grito de Tarzán o la canción de la Cucaracha. Ya sé, son geniales, pero muy peligrosos para el oído.

En lugares como Bombay (India), donde tocan el claxon incluso con el semáforo en rojo, han tenido que recurrir a actividades más extremas. Así que para evitar esta conducta frente al alto, instalaron sonómetros para detectar el nivel del ruido, si éste supera los 85 dB, el contador del semáforo se reinicia, dejando parados a los conductores por más tiempo.

Mantener controlado el ruido del claxon es una tarea individual y colectiva que nos beneficia a todos, porque sólo así podremos evitar las consecuencias de la contaminación acústica. Recuerda que este cambio comienza tocando el claxon sólo cuando es necesario, y una vez que lo hagas te darás cuenta que es muy fácil.